Capítulo 3: La Compañía

Vertedero a cielo abierto con montañas de basura, perros callejeros y buitres volando sobre el paisaje contaminado

Una historia divertid…

—Aquí vivió la bruja.

La voz infantil de Alex resonó en la mente de Javier como un eco de aquella noche en La Compañía. Mientras observaba el techo, la escena parecía recrearse en su cabeza con una claridad inquietante.

—Dicen que sigue viva.

En sus ojos brillaba la chispa del narrador que sabe que ha capturado a su audiencia.

Nadie respiró.

—Se alimenta de niños —prosiguió, bajando la voz—. Mientras duermen en sus casas, ella trepa a los techos en plena noche y espera… Escucha sus respiraciones suaves, siente su sangre caliente fluyendo bajo la piel. Y si son recién nacidos, mucho mejor.

Lora se abrazó a sí misma. Laura se removió en su asiento, incómoda. Hasta Sammi, que siempre encontraba una razón para burlarse de todo, permaneció en silencio.

—La gente cree que ya murió, pero no. Sigue aquí. En ese bosque.

—Eso es una estupidez —interrumpió Sammi con desdén.

Las miradas se clavaron en él.

—¿No te da miedo? —preguntó Amaury con una sonrisa torcida.

—Yo no le tengo miedo a nada —replicó Sammi con arrogancia.

—¿Ni a las brujas? —intervino Lora, la niña más hermosa que jamás había nacido en aquel pueblo.

—No.

—¿Ni a los muertos? —preguntó Laura, sin saber que esa pregunta la atormentaría por el resto de su vida.

—Tampoco.

Entonces, Javier habló. Su voz cortó el aire como un filo imposible de ignorar:

Capítulo 1. La llamada Capítulo 2: La casa de los muertos.

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